Hoy quiero contarles la historia de Megumi, una cliente muy especial que me contactó desde Madrid. Megumi es madrileña, pero con raíces en Ourense, ya que su madre es de allí. Por eso, decidieron celebrar su boda en el encantador Pazo de Bentraces, un lugar lleno de historia y belleza en Ourense.
Desde el primer momento, Megumi tenía una idea muy clara para su vestido de novia: quería que se fuera transformando a lo largo del día para ganar comodidad sin perder elegancia.
Así que nos pusimos manos a la obra y diseñamos un vestido de crepé ligeramente acampanado, acompañado de una sobrefalda del mismo tejido, mucho más acampanada y con una cola larga.
El resultado fue un vestido que combinaba perfectamente la sofisticación y la practicidad.
Sin embargo, un mes antes de la boda, Megumi me comentó que estaba preocupada por el calor del verano en el que se iba a casar.
Después de hablarlo, decidimos cambiar el escote a uno cuadrado. Fue una decisión acertada, ya que así Megumi pudo sentirse mucho más cómoda y fresca durante todo el día.
Trabajar con Megumi fue una experiencia maravillosa. Su confianza en mi trabajo y su entusiasmo por cada detalle hicieron que el proceso de diseño fuera muy especial.
El día de su boda, ella lucía radiante y, lo más importante, se sentía cómoda y feliz con su vestido.
Estas son las historias que hacen que mi trabajo sea tan gratificante. Cada novia es única y mi objetivo es siempre crear un vestido que refleje su personalidad y que le permita disfrutar al máximo de su día especial.
El día de su boda, ella lucía radiante y, lo más importante, se sentía cómoda y feliz con su vestido.
Estas son las historias que hacen que mi trabajo sea tan gratificante. Cada novia es única y mi objetivo es siempre crear un vestido que refleje su personalidad y que le permita disfrutar al máximo de su día especial.
Gracias, Megumi, por permitirme ser parte de tu historia.